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Quédate en Casa

Algunas palabras de parte de Alexia, coordinadora de casos en el Centro de Recursos El Faro…

Hace unos días, hablando de la situación actual, el COVID-19 y algunas de sus implicaciones, una persona me decía que en la empresa donde trabaja sus jefes estaban realmente preocupados porque “si sus clientes no tenían clientes, la empresa perdería los suyos también”, ya que no tendrían necesidades que satisfacer a través de sus servicios. A leguas se percibe que la economía está siendo golpeada tremendamente a raíz de la crisis mundial que han provocado el COVID-19, la cuarentena y demás medidas de seguridad extremas –pero necesarias- que se han tomado en todos lados. La incertidumbre que el “cómo”, el “por qué”  y el “cuándo” ocasionan, exacerban los síntomas en todos nosotros, y muchas veces, la falta de respuestas, nos hacen sentir abrumados, cansados, y a veces, hasta sin esperanza.

Hace unos días, me resonaba en la cabeza esa frase: “Si los clientes se quedan sin sus clientes…”. He pensado cómo la perspectiva puede variar y la apreciación de una misma situación puede ser diferente o, inclusive, todo lo contrario. Cuando los rumores del COVID-19 en El Salvador comenzaron a tomar fuerza a inicios de marzo, en MTES pensamos que llegaría el momento en que tendríamos que cerrar el Centro de Recursos por una serie de razones; sin embargo, en cuestión de días, ¡todo cambió! En lugar de contemplar la idea de cerrar el Centro, nuestras instalaciones se convirtieron en un albergue temporal para indigentes, gracias a la relación de cooperación que se creó entre algunas instituciones de Gobierno y nuestra organización. Cuanto más oscuro se iba viendo el panorama nacional y mundial, más claro se veía el camino que MTES debía tomar en medio de la crisis: ser una respuesta para nuestros clientes, quienes, ahora más que nunca, requerían nuestros servicios. El “quedarse en casa” era una obligación, pero ¿qué pasa cuando las personas no tienen una casa?

Nosotros no nos hemos quedado sin clientes, por el contrario, ¡ahora tenemos más clientes que antes!,  personas que no tenían una casa donde quedarse, pero ahora tienen un lugar donde pueden refugiarse. Antes, hicimos muchos planes, creamos y probamos estrategias, tratamos de inventar nuevas y creativas formas de atraer a nuestros clientes, pero resulta que la crisis logró lo que nosotros no habíamos podido, y en 4 días de abierto el albergue, tuvimos “casa llena”.

Dicen que la crisis tiene la capacidad de sacar lo mejor o lo peor de las personas. Es decir, la crisis es como una presión extrema, si nos presionan lo suficiente saldrá aquello de lo que “estemos llenos”, sea lo que sea: bueno o malo, bonito o feo, de bendición o maldición… Por lo que he podido apreciar, y hablando de MTES, creo que la crisis ha sacado algo bueno, tanto de nosotros como equipo, como de nuestros clientes. ¿Por qué?  Bueno…, nuestras puertas están abiertas, Dios ha orquestrado todo de tal forma que hemos iniciado relaciones con personas, instituciones y empresas que, de otra forma, quizás no habríamos podido establecer, y todos juntos estamos esforzándonos por suplir las necesidades de las personas que servimos, y ellos están agradecidos porque estamos aquí PARA, POR y CON ellos. Todo esto sumado, pone un fundamento más sólido sobre el cual se hace más factible desarrollar y mantener una relación con los clientes, que finalmente, son la razón de nuestro existir como Mission To El Salvador.

Con el pasar de las semanas, y al ver todo esto, podemos apreciar el “lado positivo” de la crisis, ya que ha generado oportunidades de crecimiento en diferentes niveles, tanto en nuestros clientes, como en nosotros, como MTES. Si hacemos un recuento de todo lo sucedido desde que comenzamos esta aventura, definitivamente, podemos hacer un listado de “pros y contras”, pero entre los pros más grandes que podemos “anotar” es la respuesta que ustedes, como familia, amigos y donantes, han tenido para con MTES y nuestros clientes. Contar con su acompañamiento en este trayecto, no tiene precio. Sus muestras de amor, sus fieles oraciones, aportes de todo tipo, han superado nuestras expectativas, y reconocemos con humildad que Dios nos permite ser testigos de todo esto para mostrarnos una vez más que Su gracia y Su favor están aquí porque esto nació en Su corazón, antes que en el nuestro.

Es por eso que aprovechamos la oportunidad dedicando un tiempo cada día, durante Semana Santa, para orar, dar gracias e interceder por todos ustedes. Tuvimos tiempos hermosos de oración por todos aquellos que alguna vez nos han visitado, nos han bendecido con sus donaciones, han abrazado a un cliente o nos han llevado en oración. Esta vez, fue nuestro turno para bendecirles, y ¡qué mejor manera de hacerlo que con nuestros clientes, con quienes ahora estamos 24/7 y hoy, por primera vez, desde “su casa”! ¡Gracias por ser fieles en todo tiempo y por caminar a nuestro lado en esta aventura cada día!

“Siempre doy gracias a mi Dios, al acordarme de ustedes; y cuando oro, siempre pido con alegría por todos, porque me ayudaron a anunciar la buena noticias desde el primer día que la oyeron hasta ahora. Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo ira perfeccionando hasta el dia en que Jesucristo vuelva.”  

-Filipenses 1:3

 

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