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La invitada en el blog de hoy es Cecilia Leiva de Benavides, miembro de nuestro personal. ¡Muchas gracias Cecy por compartir con nosotros!

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Cuando era pequeña y hablábamos con nuestros hermanos acerca de qué “super poder” queríamos tener, había un poder que siempre era deseado, era el de retroceder o viajar en el tiempo.

Creo que más de una vez, aún ya adultos, hemos tenido el deseo de retroceder en el tiempo y pensar todo lo que podríamos hacer si eso fuese posible, de esa forma podríamos corregir muchas acciones que nos han traído consecuencias poco agradables, acciones que han destruido momentos que pudieron haber sido lindos recuerdos o acciones que han herido a personas que realmente amamos.

Ese fue el deseo de una de nuestras clientes, cuyo hijo está todavía bebe y mientras ella le daba un baño y el niño se aferraba a sus brazos porque sentía el agua fría, ella me decía “cómo quisiera retroceder en el tiempo y tener la edad que él tiene” (un año aproximadamente), yo le pregunté ¿qué harías si tuvieras la oportunidad de volver a nacer?

Ella suspiró y en su mirada vi el anhelo de regresar en el tiempo y corregir su vida, al inicio ella no encontraba las palabras para describir las cosas que haría, pero me dijo en forma decisiva “sé que no volvería a equivocarme y decidiría mejor mi futuro”.

En la vida real no contamos con tal “super poder”, pero contamos con el mejor recurso y oportunidad para corregir vidas, futuros, familias, relaciones… contamos con el Único Dios Poderoso que puede transformar y recuperar lo perdido a través de su Hijo Amado Jesucristo.

Su Palabra nos declara “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien, según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,  4para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para vosotros” 1ª Pedro 1:3-4

MTES me ha dado la oportunidad de ver los “antes” y “después” de muchas vidas que han optado por esa oportunidad de cambio, es emocionante ver como los equipos de nuestra organización planean y actúan con tanta fuerza, ganas, energía y sobre todo con el deseo de ver esas transformaciones tan valiosas que cada vida muestra.

Más sin embargo juntamente con este esfuerzo vienen frustraciones, tristezas, malos momentos, sin sabores, porque no es tan fácil como se quisiera, pero Dios ha ido mostrando que su acompañamiento en Fidelidad permanece tanto en clientes como en el personal mismo, y eso nos anima a creer que la oportunidad de renacer permanece vigente para todo aquel que lo anhele y se esfuerce por ello.