¡Acabamos de tener “un primer evento de muchos” en el Centro de Recursos El Faro! Tuvimos nuestra primera graduación y ¡celebramos con 6 “faros” quienes están ya listos para brillar! El proceso ha tenido altibajos, pero tanto nuestros clientes como nuestro personal, han perseverado y podemos decir que la ceremonia de graduación fue muy conmovedora, ¡hubieron muchas lágrimas de alegría!

Rosa, una de las graduadas, compartió su propia historia con todos los asistentes. Ella compartió su propia lucha contra las adicciones, pobrezas y todos los grandes obstáculos que como madre soltera tuvo que enfrentar, luchando contra años de cadenas en su vida. Pero, también compartió la libertad que ella encontró cuando fue tratada como una persona, como alguien de valor. La manera que nuestro personal le entregaba comida a ella y a su hijo durante la pandemia, de manera que, ahora ella cuenta con las herramientas que necesita para tener un trabajo y hacer que su hijo se sienta orgulloso de ella. Ella dio gracias a todos por hacer del Centro de Recursos El Faro un ministerio, no solamente un trabajo.

Mientras su hijo la miraba con una sonrisa, ella dirigió sus palabras a sus compañeros y orgullosamente compartió: “Somos la obra de la misión…Otros han muerto por sus vicios, pero con Dios y apoyo, si se puede. Soy un testimonio de ello. Ellos nos enseñaban que tenemos valor como personas.”

Y ella tienen toda la razón. Ha caminado en el valor que Dios le regaló y ella ha aprovechado al máximo las oportunidades que ha recibido para trabajar fuerte y poder caminar en libertad de abrir un nuevo camino para su propia vida. Ella verdaderamente es una mujer asombrosa. Ella dio gracias a otras de su compañeras quienes la inspiraron a través de sus propias victorias y apoyo.

Después del testimonio de Rosa, anillos especiales fueron entregados a cada graduado, junto con certificados por el cumplimiento de sus talleres. Cada graduado recibió un diploma, y después demostraron que ya son “libres de brillar” tomando una luz (una lámpara en forma de faro) ubicada en una mesa de en frente, para crear su propio faro en medio de su familia y amigos.

No existe nada mágico en el trabajo que hacemos cada día…simplemente se trata de reconocer la imagen de Dios en cada hombre y mujer que entra por nuestras puertas. Solo se trata de estar presente en los altibajos. Se trata de ser fieles a la misión que Dios ha puesto en nuestros corazones, durante ese día de la graduación, todos celebramos juntos la obra que Dios está haciendo…la obra de la misión.