How can we find peace in a world that is so broken?
How can we breathe deep and close our eyes and be at rest in a world where children are caught in war zones, and women are sold as slaves? How can we find respite for our souls when diseases wipe out whole villages, and addictions claim lives?
Where is the peace that is promised us in the candlelight? How can a weary world lift its heads to hear the angels sing?
So much is wrong, so much is battered and seems beyond repair. This tension between the two Advents of Christ is almost unbearable. The weight of the world pushes down on our shoulders, and the dark blocks our sight.
Into such a world was born our Christ. In a manger surrounded by the stench of brokenness and hopelessness…born as King in a world that seemed beyond repair.
And yet He came to repair. He came to bind up wounds, to open clouded eyes…to listen to bleeding hearts, and calm deep suffering. He came to bring peace, and one day peace will reign in every corner of our broken earth.
But in the waiting, we can find that peace. It helps us to see the suffering and move into it. It shows us that even as we suffer, we can help others to find their way.
We see it every day on the streets of San Salvador. There is violence, and poverty, and so much death. Lives spilled out, hopes dashed against the pavement. But there are also young heads lifted up from the pavement. One foot in front of the other, they walk their way toward a place of peace.
One young man shares his story. He was driven from home by violence, and soon addiction caught him on the streets of San Salvador. Today he is searching for peace, and showing others the way. Click here for his story.
We welcome those who are searching for peace to New Dawn, and we extend our hands to give a respite from the tormented sea of life that tosses them around. Soon we will be able to do more, soon we will be able to journey with them on to healing.
It feels like so little…to share this peace that we have found. But in this tension between His coming and His coming back, that is what we do. We share the peace we have found and look together to the peace that will one day settle over all things for all times.
¿Cómo podemos hallar paz en un mundo que está tan quebrantado?
¿Cómo podemos respirar profundo y cerrar nuestros ojos y descansar en un mundo donde los niños son atrapados en zonas de guerra y las mujeres son vendidas como esclavas? ¿Cómo podemos encontrar un respiro para nuestras almas cuando las enfermedades arrasan con pueblos enteros y las adicciones roban tantas vidas?
¿Dónde está la paz que se nos promete en la luz de la vela? ¿Cómo puede un mundo cansado levantar su cabeza para escuchar a los ángeles cantar?
Hay tanto que está mal, tanto que está tan golpeado que pareciera estar más allá de poder ser reparado. Esta tensión entre las dos venidas de Cristo es casi insoportable. El peso del mundo es demasiado sobre nuestros hombros y la oscuridad bloquea nuestra vista.
En un mundo como éste fue que nació Jesús. Nació en un pesebre rodeado por el hedor del quebrantamiento y la desesperanza… Nació siendo un Rey en un mundo aparentemente más allá de poder ser reparado. Y sin embargo, Él vino a reparar todo. Él vino a vendar heridas, para abrir ojos nublados, a escuchar corazones desangrados y calmar el sufrimiento más profundo. Él vino a traer paz y un día la paz reinará en cada rincón de nuestro quebrantado mundo.
Pero en la espera, podemos encontrar esa paz. Nos ayuda a ver el sufrimiento y movernos hacia él, ya que eso nos muestra que aún mientras sufrimos, podemos ayudar a otro a encontrar su camino.
Lo vemos todo el día en las calles de San Salvador. Hay violencia, pobreza y tanta muerte. Vidas derramadas, esperanzas estrelladas contra el piso… Pero también hay jóvenes cabezas levantadas del piso, un pie puesto frente a otro, ellos caminan hacia un lugar de paz.
Un joven hombre comparte su historia. Él tuvo que salir de su hogar empujado por la violencia alrededor y pronto las adicciones lo atraparon en las calles de San Salvador. Hoy él está buscando paz y mostrándoles a otros el camino. Aquí su historia.
Le damos la bienvenida a aquéllos que están buscando la paz en Un Nuevo Amanecer y extendemos nuestras manos para dar un respiro del tormentoso mar de la vida que los echa de un lado a otro. Pronto podremos hacer más, pronto podremos viajar con ellos hacia la sanidad.
Pareciera que el compartir esta paz que hemos encontrado no es suficiente. Pero en esta tensión entre Su venida y Su regreso, eso es lo que hacemos. Compartimos la paz que hemos hallado y buscamos juntos la paz que un día resolverá todas las cosas para siempre.
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